Homilía inicio del año escolar 2024-2025 – Colegio Loyola Gumilla
11 de septiembre 2024
Queridos miembros de nuestra comunidad del Colegio Loyola-Gumilla,
Con inmenso entusiasmo, hoy día de Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela, les doy la bienvenida a un nuevo año escolar, un tiempo lleno de retos, aprendizajes y crecimiento conjunto. Nos encontramos nuevamente frente a la oportunidad de hacer realidad nuestra misión ignaciana, formar de manera integral a nuestros estudiantes, no solo mentes brillantes, sino ciudadanos globales, líderes comprometidos, hombres y mujeres que sean no solo personas exitosas, sino verdaderamente humanas: compasivas, conscientes, comprometidas, competentes y contemplativas.
Somos parte de un proyecto mayor, el liderazgo ignaciano, un modo de proceder que lleva el sello de la Compañía de Jesús en el mundo y en América Latina, un estilo que nos invita a ser más que educadores: nos llama a ser formadores de vidas, guías en el camino de nuestros jóvenes hacia la plenitud.
El lema que nos guía este año es “Llamados a ser MAG+S”. Como bien sabemos desde el año pasado, el MAG+S no se trata solo de hacer más o trabajar más duro, sino de buscar la mayor excelencia en todo lo que hacemos, para la mayor gloria de Dios y el bien de nuestros estudiantes. Desde la rica tradición de nuestra espiritualidad ignaciana, el liderazgo ignaciano, enraizado en el discernimiento y el servicio, nos invita a buscar siempre aquello que nos lleva a dar más de nosotros mismos, con generosidad y con un profundo sentido de propósito.
El pasaje del Evangelio de Lucas 2, 15-19 que acabamos de escuchar, narra el momento en que los pastores encuentran a María, José y al niño Jesús en el pesebre y nos deja una lección de humildad y profundidad espiritual. Después de recibir la revelación de los ángeles, los pastores no se quedaron paralizados ante el mensaje, sino que “fueron de prisa” a ver lo que el Señor les había mostrado. Así también nosotros somos llamados, el Señor nos convoca a responder con prontitud y acción cuando recibimos su llamada en nuestro trabajo diario. No basta con escuchar: ahora más que nunca debemos actuar, debemos caminar juntos, como comunidad, como lo reflexionamos y tratamos de hacer vida el año pasado, siempre apostando por la misión que nos ha sido encomendada.
Pero lo que más conmueve de este pasaje es la figura de María, quien, tras escuchar el relato de los pastores y ver todo lo que sucedía, “guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”. Aquí vemos un ejemplo poderoso de lo que significa ser contemplativo en la acción. María no solo observa lo que ocurre a su alrededor: lo guarda en su corazón, lo reflexiona, lo integra en su vida. Este es el tipo de formación que queremos para nuestros estudiantes: que aprendan a no solo actuar, sino también a reflexionar sobre lo que viven, que puedan descubrir a Dios en todas las cosas, y que esto los lleve a tomar decisiones sabias y llenas de sentido.
El ser “Llamados a ser MAG+S” es dar un paso más allá de lo cómodo y conocido, a responder a la invitación de Dios con generosidad y creatividad frente a las necesidades de nuestro tiempo. Es una invitación a no conformarnos, sino a aspirar a la excelencia, no en términos de éxito personal, sino en el servicio a los demás. Nuestra misión no es solo instruir, sino transformar; no es solo educar, sino formar personas compasivas, conscientes, comprometidas, competentes y contemplativas. Esto es lo que implica el “ser MAG+S”. Pero no es solo una llamada para nuestros estudiantes, sino que es también para cada uno de nosotros. Como educadores, personal administrativo y obrero, antiguos alumnos, padres y representantes, estamos llamados a ser modelos de esa profunda integración entre lo humano y lo divino, entre el saber y el amar, entre el actuar y el reflexionar.
Por tal motivo, estamos “Llamados a ser más Compasivos”, como Jesús, que vio las necesidades de su pueblo y se dejó conmover por ellas, actuando en consecuencia. Que nuestros estudiantes vean en nosotros la capacidad de entender sus necesidades, sus luchas, y que encuentren en nuestra respuesta una mano amiga, un acompañamiento sincero. Pero también será necesario que nuestros estudiantes vean la situación dura de toda la población venezolana, especialmente la más pobre.
Estamos “Llamados a ser más Conscientes” de las realidades del mundo en el que vivimos. Venezuela vive una coyuntura social y económica difícil. Como educadores nos corresponde ver y transmitir de la manera más objetiva posible, más allá de cualquier apasionamiento o ideología, la realidad en su globalidad. Es necesario que ayudemos a nuestros estudiantes a ser críticos, a leer los signos de los tiempos, a comprender la realidad que los rodea, a cuestionarse lo que es injusto y los desafíos mismos de la injusticia social y ecológica, a comprometerse con la transformación social, con la justicia, con la reconciliación y la equidad. El Colegio Loyola-Gumilla vive en un contexto determinado y forma personas para transformar la realidad en su conjunto. Conocer Venezuela y Guayana en el marco de un mundo globalizado es parte de nuestra tarea como personas, ciudadanos y educadores. Esta conciencia es especialmente importante a la hora de tomar decisiones.
Estamos “Llamados a ser más Comprometidos” con nuestra misión educativa. Que no veamos nuestro trabajo solo como una obligación, sino como una vocación. De eso se trata el “ser llamados”. Que, en cada clase, en cada interacción, transmitamos ese sentido de propósito que inspire a nuestros jóvenes a dar lo mejor de sí mismos, para que ellos también sean comprometidos con el bien común, y que no busquen solo su propio éxito, sino el bienestar de todos.
Estamos “Llamados a ser más Competentes”, no solo en nuestras áreas de conocimiento, sino en la formación integral de nuestros estudiantes. Que nuestro trabajo busque siempre la excelencia, tanto académica como humana, y que inspire a nuestros alumnos a ser líderes capaces de enfrentar los retos del mundo actual, de Venezuela y de la región de Guayana, con sabiduría y creatividad. Buscamos formar personas competentes, que sobresalgan en sus áreas de estudio, pero también en la vida, con una sabiduría que se expresa en sus acciones cotidianas. En este sentido, este nuevo año escolar estamos empeñados en dar pasos concretos en la mejora de nuestra calidad educativa y empezaremos a evaluar nuestros procesos internos a través del Sistema de Calidad en la Gestión Escolar acompañados por ACSI-CERPE.
Y finalmente, estamos “Llamados a ser más Contemplativos”, como María, que no solo guardaba las cosas en su corazón, sino que meditaba en ellas, buscando siempre la voluntad de Dios. Que podamos transmitir a nuestros estudiantes esa capacidad de discernir, de buscar a Dios en todas las cosas, de vivir con una mirada profunda y llena de sentido. La acción pastoral de nuestro Colegio ha ido avanzando, las clases de Formación Humano Cristiana, las convivencias, la formación para todo el personal en identidad, entre otras experiencias. Necesitamos seguir avanzando y profundizar en el cultivo de la interioridad. Contamos con la mayor integración de todo el personal en la dimensión pastoral para lograrlo.
Este nuevo año escolar es una oportunidad para vivir el MAG+S en nuestras vidas y en nuestro trabajo, para buscar siempre lo mejor en todo lo que hacemos. Que cada uno de nosotros, desde su rol, sea un faro de luz y esperanza para nuestros estudiantes, y que juntos formemos una comunidad educativa que refleje el amor, el servicio y la generosidad que nos enseñó Jesús. Cada gesto, cada palabra, cada acto de atención a nuestros estudiantes construye esa red de cuidado y acompañamiento que los transforma en las personas que soñamos. No podemos perder de vista que estamos formando a las futuras generaciones de líderes de nuestra región, de nuestro país y del mundo, y que la huella que dejamos en ellos será imborrable.
Los invito a caminar juntos en este proyecto, con la intercesión de San Ignacio de Loyola, que nos recuerda que somos llamados a “en todo amar y servir”. Que cada día en este colegio sea una oportunidad para sembrar semillas de esperanza, justicia, reconciliación y amor. Que podamos guiar el camino de nuestros estudiantes a ser no solo excelentes en lo académico, sino también en lo humano y lo espiritual.
Confiemos este año a la intercesión de María, en la advocación de Nuestra Señora de Coromoto, que nos enseñe a guardar todas estas cosas en nuestro corazón, y a discernir el camino que Dios quiere para nosotros.
¡Gracias por su dedicación, su esfuerzo y su compromiso con esta misión! Sigamos adelante, siempre buscando el MAG+S, trabajando con la certeza de que,
en cada pequeño acto, estamos construyendo un mundo más justo, más humano, más divino.
Que Dios nos bendiga y nos guíe en este nuevo año escolar,
Que así sea,
De Ustedes en el Señor,
P. Alejandro Vera, SJ