El domingo se celebra el día internacional de la mujer. Se conmemora la reivindicación de las mujeres en su participación en términos igualitarios en la sociedad, independientemente desde el punto que se mire o la realidad a que se señale: pasa por el reconocimiento íntegro de su persona, respeto de todos sus derechos y favorecimiento de las condiciones que garanticen su expansión como ser humano. El camino recorrido ha sido considerable; sin embargo, aún no se llega a la meta. Es necesario otear el horizonte, refrescar la mirada y continuar firme y amorosamente hacia esta meta.

 

Abraham

                La Cuaresma es un itinerario de fe. La fe es “salir de sí mismo” y abrirse a otras realidades, resulten familiares o desconocidas. Abraham es un hombre “acomodado”; su comodidad no es mayor que las fuerzas desatadas con la invitación que Dios le hace a sumarse a ser el padre de una gran nación. Abraham se abre a la novedad, y se pone en marcha.

 

Pedro, Santiago y Juan

                El segundo domingo de Cuaresma coincide con la narración de la Transfiguración del Señor: los discípulos contemplan anticipadamente la gloria de Jesús que se dará con su resurrección, y se les invita a participar de su alegría. A diferencia de Abraham, los discípulos se atornillan en sus gastados asientos, donde la sorpresa, la novedad, el reto, brillan por su ausencia. Y a ellos está situación les resulta ideal. “¡Qué bien se está aquí!”, dirá Pedro. No bajemos donde impera el caos, los problemas, las contradicciones. No salgamos. No nos abramos a la fe.

 

Las mujeres

                En muchísimas partes del mundo donde está presente, la Iglesia católica tal como se la conoce hoy día, es netamente femenina numéricamente hablando, pero también desde el punto de vista cualitativo y que alguno llamó “el principio Mariano”. Es decir, el modo como debería ser y comportarse la Iglesia debería tomar como ejemplo la figura de la Virgen María, donde la misericordia está por encima de toda norma y principio, inunda los corazones de quienes dirigen a la comunidad eclesial e informa su inteligencia, pensamientos y posturas.

En coherencia con lo dicho hasta ahora, las mujeres pareciera son más propensas a abrazar todo aquello que suponga un desafío. Las razones de esta actitud son variadas, y señalar alguna sería no hacerle justicia a esta rica y compleja realidad femenina.

Sobre las cabezas de los discípulos aletean aves de miedo, pues se resisten al cambio. María es todo lo contrario. Porque ella es mujer de fe es que acepta de corazón la aventura que el Señor tiene para ella. Y con ella, para todos nosotros.

En el día internacional de la mujer, elevo mi oración a todas las mujeres que he conocido. A aquellas que me han hecho crecer, y las que me han disminuido. A las que he ayudado a crecer, y a las que he herido. Feliz día mujer: abuelas, madres y tías, hermanas, sobrinas y primas, amores y mi hija extrañada, Silvana.

Cuaresma es para “salir de la tierra”. O sea, acrecentar la fe en Dios. Así sea.