“ECCE HOMO”

 

ENCUENTRO CON PADRES Y REPRESENTANTES

DEL CUARTO AÑO DE EDUCACIÓN MEDIA GENERAL

Puerto Ordaz, 18 de noviembre de 2019

Luis Ovando Hernández, SJ

 

 

La paz de Cristo a todos los presentes.

Agradezco su presencia en este espacio, para abordar algunos aspectos relacionados con la materia Física de Cuarto Año, de modo que podamos todos juntos llegar a consensos sobre la misma.

Este tema no se trata en una sola dirección, así como tampoco es correcto pensar que tenga que ver con un elemento y no más. Cuando tratamos esta realidad, ella supone al menos seis elementos. Se los quiero presentar, yendo de mayor a menor.

En primer lugar, hay que considerar que el MPPE estableció hace ya unos años la reducción de la carga horaria, de manera que estamos obligados por ley a dar menos horas de clases de Física. Esto va en detrimento del rendimiento de nuestros hijos. Una manera de subsanar este inconveniente podría ser un mayor empeño de parte del alumno por lo que respecta a las horas que él dedica a la Física. Otra idea es la oferta del profesor de dedicar unas horas durante algunas tardes. Esta posibilidad está abierta a todos los alumnos, pero especialmente a aquellos que tienen mayores dificultades con la materia.

En segundo lugar, también debemos tomar en cuenta la institución Colegio Loyola Gumilla. Cuando hablo del Colegio estoy pensando en una situación muy concreta: el éxito en la Física tiene que ver con el dominio de otras dos materias, es decir, las Matemáticas y el Castellano. Estas materias son la base de la Física, de la Biología y de la Química. Una baja preparación en Matemáticas y Castellano hacen más cuesta arriba la asimilación de la Física. Yo entiendo cuando quienes están deficientes en tales materias son alumnos venidos de otros Colegios, nuevos ingresos, etc. Esta comprensión nace de saber que las cosas “allá afuera” no están del todo bien. Me resulta más difícil de entender cuando quienes no están asimilando la Física son alumnos de vieja data, o sea, el Castellano y las Matemáticas que manejan los recibieron acá en el Colegio. Sé que lo que está en juego tiene que ver con otras cosas que señalaré inmediatamente. Sé igualmente que padres y representantes tienen a sus hijos con tutores o clases particulares de Física. Mi humilde consejo es que no les coloquen tutores para el refuerzo de la Física, sino que apúntenlos en revisión de Matemáticas y Castellano. ¿Por qué insisto en reforzar el Castellano? El propio idioma es anterior al razonamiento matemático, y es el canal único, privilegiado, para educar.

En tercer lugar, es menester tomar como punto de discusión el docente. Para lo que acá interesa, hablo del profesor Juan Carlos Conde. Las competencias intelectuales y su conocimiento de la Física no están en duda; todo lo contrario, el profesor Conde ha demostrado suficientemente el dominio, sea de las Matemáticas como de la Física. El Profesor, sin embargo, deberá concretar todavía más la planificación y contenido, la metodología y la bibliografía, y el método de evaluación. El Colegio debe garantizar que todo ordenamiento del MPPE se cumpla a cabalidad. Esto significa que planificación, contenido y evaluaciones, están siendo revisados previa y acuciosamente por la Coordinación de Planificación y Evaluación. No hay examen o actividad susceptible de evaluación que no será chequeada antes por esta instancia. Por lo que se refiere a pedagogía, disciplina en aula, desempeño del docente y relación con los alumnos y padres y representantes, pasa por las manos de la Coordinadora del Cuarto Año. Se ha hablado con el profesor Conde pidiéndole tome muy en cuenta que nuestros alumnos no tienen las bases matemáticas y de lenguaje requeridos, y que en no pocas ocasiones deberá dedicar parte de las clases de Física a repasar al menos Matemáticas. El profesor ha de estar asimismo claro en que la Física supone la piedra de choque para algunos estudiantes, lo cual exige más disposición a ser paciente, a ser más concreto y claro, a ser más específico y sencillo. Nada de lo que acabo de mencionar tiene que ver con disminuir la exigencia y profundidad que la materia implica. Padres y representantes no desprecien con tanta ligereza a un hombre preparado, serio, exigente y profundo.

En cuarto lugar, están ustedes, padres y representantes. No son pocos los padres y representantes que se sientan pacientemente —no siempre con todas las herramientas necesarias— para intentar comprender juntos la Física. Padres y representantes ingenieros o con competencias matemáticas y físicas son buenos aliados; otros se valen de tutoriales en Youtube para descifrar las leyes físicas y su respectiva enseñanza. Otros, como dije más arriba, refuerzan la Física colocando a sus hijos en clases particulares y/o tutorías.[1] Otros padres y representantes, conscientes del bagaje de conocimiento de sus hijos, sencillamente se contentan con pedir a sus hijos un interés “decente” por la materia (“La NASA no está esperando por ti”, creo sea la frase que mejor resume esta actitud). Finalmente, hay padres y representantes que echan mano del teclado de sus respectivos celulares para denigrar del docente o del Colegio, o de ambos en contemporáneo. Lamento muchísimo los comentarios que me llegan a este propósito, especialmente porque no arregla los problemas, sino que los agudizan. Hay padres y representantes que predisponen a sus hijos, “condenándolos” anticipadamente al “fracaso” en el estudio de la Física. Hay padres y representantes que vociferan, que amenazan, que se escurren en el grupo, porque así se sientes más fuertes o porque pueden decir cualquier sandez, más o menos anónimamente. Es necesarísimo contar con el apoyo de los padres y representantes, pues son ustedes los artífices de la Educación de sus hijos; el Colegio colabora en este proceso educativo, pero la educación de nuestros hijos es la que se recibe en casa. Acá reforzamos valores humanos, e impartimos clases de Física, en este caso. Es fundamental establecer canales de comunicación con el docente y la Coordinadora de Cuarto Año, para hacerle un seguimiento más estrecho al proceso de los hijos, y así evitar sorpresas desagradables.

La Coordinadora respectiva, profa. Dulce Álvarez, “no solo es dulce de nombre”, como dijera uno de sus hijos. Es decir, no es necesario abrumarla de gritos y altanerías para captar su atención y plantear su situación. A pesar de ser docente nuevo ingreso, ha demostrado en poco tiempo ser una mujer receptiva y afable. No es necesario manotearla, gritarla o piropearla para que los atienda como es debido.

Positivamente hablando, es más impactante hacerse presente en el Colegio, que tomar el celular para dejar bilis y frustraciones en el teclado. Padres y representantes deben asimismo garantizar que sus hijos estudian y practican Física en casa, junto con las Matemáticas y Castellano. Les sugiero conozcan al profesor Conde, como profesional, como esposo, padre y abuelo, como hombre honestísimo que se gana con su trabajo el pan que se lleva a la boca. Aproximarse en actitud belicosa o a la defensiva, no hace sino agravar la situación, porque nos colocamos en un plano de enemigos. Y acá ninguno de los presentes estamos para polemizar con nadie. Son ustedes quienes mejor saben a quiénes tienen en casa. Ustedes saben si los muchachos estudian, cuánto tiempo le dedican al estudio, tiempo que debería ser mayor que el tiempo dedicado a Instagram, por ejemplo.

En quinto lugar, hay que hablar también de los estudiantes. Para nadie es un secreto que —sin generalizar, obviamente— nuestros muchachos, a medida que pasa el tiempo, son más apáticos con relación a los estudios. Algunos de ellos tienen condición, lo cual exige de parte nuestra una adecuación curricular para que superen los estudios. Convénzanse, el gobierno actual nos quiere ignorantes. Cada vez que un chico  demuestra desinterés por sus estudios, está aportando su grano de arena a esta malvada política de Estado, que nos quiere brutos, y por eso redujo las horas de clases, pero además hace un par de semanas corrió un comunicado, donde planteaba que no se consideraran los errores ortográficos. Debe corroborarse el comunicado por lo inverosímil del mismo. Volviendo a nuestro caso, es llamativo que nuestros alumnos no guarden cual tesoro precioso sus apuntes de Matemáticas de los años pasados, o que no presten atención durante las clases, y se dediquen, en el peor de los casos, a hacer de todo, salvo estudiar, prestar atención, aclarar dudas, hacer migas con aquellos compañeros que sí demuestran cierta solvencia en los estudios. Una de las tantas consecuencias que trae consigo este hecho es la puesta en entredicho de las competencias del Docente. El pasado 15 de noviembre abordamos la Dirección del Colegio, la Universidad Católica, el Departamento de Orientación y la Coordinación de Planificación y Evaluación, un estudio que se hiciera durante los meses de junio-julio 2019, para los Terceros y Quintos Años, donde los resultados dejan mucho que desear. Gracias a los resultados en inglés es que los promedios suben un poco. Padres y representantes, hoy día educar a un muchacho es una ardua empresa, y en muchos aspectos es una empresa dolorosa y triste. Sin embargo, los acá presentes creemos y seguimos apostando por ella, como la vía para desarrollarnos e incluso como salida plausible de esta cruenta situación nacional. Otro aspecto en relación con los estudiantes es el disciplinar, muy ligado al aspecto de la apatía para con los estudios. La indisciplina no ayuda a la enseñanza y supone un desgaste de energías del Docente y de la Coordinadora, e inclusive de ustedes.

Finalmente, en sexto lugar, está el hecho del para qué estudian nuestros alumnos. Para qué los trajeron acá y los colocaron también en nuestras manos. ¿Qué quieren hacer nuestros hijos con sus vidas, el día de mañana? La Física es una base para lo que se pretende construir en el futuro. Despreciarla de buenas a primeras no es sano ni sabio. Invito a todos, entonces, a que no predispongamos a los muchachos en relación con esta materia, sino que, más bien, mostremos las bondades que semejante estudio supone. Les agradezco una vez más su asistencia, así como agradezco la vocería a que se invita ahora. Mi profesor de Metafísica me insistía siempre —eran otros tiempos, ciertamente— que los exámenes de julio se aprueban en octubre. Desanimemos a esa mala práctica que se está instituyendo entre los alumnos de ir a remediales, de apelar al artículo 112. Eso no enseña. Mejor aún: eso enseña un antivalor contraproducente, para el presente y el futuro de las personas, pues institucionaliza una actitud cómoda por estéril.

Quedo atento y a disposición de todos ustedes, y de todos los padres y representantes para tratar todo lo relacionado con la materia, pero ya en un plano más personal. Que el Señor y san Ignacio nos bendigan y den luz para saber asumir lo mejor de lo mejor de cuanto hemos dicho. Que así sea.

 

[1] Sé de una tutora de Física a quien sus alumnos han solicitado que les resuelvan exámenes pasados: no quieren entender los problemas. No quieren refrescar o reforzar contenidos. Sé de un tutor que declaró un problema sin solución; el tutor no supo resolver el problema.