Puerto Ordaz, 29 de septiembre de 2018

 

A TODA LA FAMILIA LOYOLA GUMILLA

 

Estimado Padre, Representante y Responsable
La paz de Cristo

Todo inicio tiene la propiedad de echar a volar nuestros sueños, con el deseo de poder superar siempre más las metas que nos hemos trazado, de modo que crezcamos como personas e incluso como hijos amados por Dios, Nuestro Señor.

Este comienzo tiene asimismo la particularidad de haber arrancado con al menos tres eventos desagradables, preocupantes, que piden el concurso de todos, para aminorar sus impactos negativos.

Estamos por demás conscientes que la situación que vivimos como país incide igualmente en la sociedad, desencadenando también dinámicas vergonzosas e inclusive peligrosas, pues atentan contra nuestra integridad y paz emocional.

En el año cumplido que llevo de Rector, he observado como Padres, Representantes y Responsables, que traen a sus niños al Colegio, por razones inexplicables los dejan y recogen fuera de las instalaciones; este modo de actuar, evidentemente pone a todos en un estado de indefensión tal, que ya cobró sus “víctimas” en apenas dos semanas de haberse iniciado las clases.

Por otro lado, corrió un chat entre nosotros de una situación que está aún por confirmarse, y que involucra a nuestros hijos de primaria, y presencia ajena en los predios de esa zona: el chat coloca a nuestros niños solos, sin permiso, en la parte más solitaria del Colegio, siendo abordados por un adulto, más bien afable, que pidió fotografiar a los chicos, y que éstos, posteriormente, lo fotografiaran a él. Como digo, la cuestión está por verificarse, pero no deja de ser inclusive preocupante.

En el primer caso, terminaron robándose dos vehículos; en el segundo, de ser cierto, es sumamente delicado por peligroso.

El Colegio ha vuelto a cambiar servicio de vigilancia, con la esperanza de mejorar este aspecto. Los oficiales acá presentes aún están ajustándose, para dar lo mejor de sí mismos. Considero, por otra parte, que debemos solicitar una presencia más explícita de los cuerpos de seguridad, especialmente en el ingreso-salida del Colegio. Pero es necesarísimo que todos colaboremos con este tema.

Exhorto encarecidamente a que todos los padres, representantes y responsables no estacionen en las afueras del Colegio, por muy “cómodo” que pueda parecer. Afuera, estacionados, son más vulnerables (no pensemos en nuestros hijos que deben esperar cercanos a la salida del Colegio, que se convierten en presa fácil de cualquier eventual atentado contra sus personas). Igualmente, invito a todos a que se bajen de los vehículos, si deben esperar dentro de las instalaciones, por la misma razón antes mencionada. Por último, es menester conversar con nuestros hijos, dejándoles bien claro dónde y con quién estar.

Es condición sine qua non mantener una comunicación con nuestros muchachos, previniéndolos contra potenciales escenarios nada deseados. La presencia de “extraños” orbitando en medio nuestro debe encender las alarmas “naturales” de nuestros niños. Una dosis de desconfianza, por los tiempos que corren, no es mala.

El Colegio debe seguir trabajando por mejorar el servicio de vigilancia, así como establecer puentes con los entes de seguridad. Los padres, representantes y responsables deben asumir actitudes que apunten a la seguridad propia y de los propios. Los padres, representantes y responsables deben conversar permanentemente con nuestros hijos, dándoles pautas de comportamiento dentro y fuera del Colegio Loyola Gumilla.

Que Nuestra Señora, la Virgen, sirva de ejemplo de cómo cuidar de nuestros seres queridos, al tiempo que nos cuidamos los unos a los otros.

Su servidor,

Luis Ovando Hernández, s. j.
Rector