Puerto Ordaz, 20 de diciembre de 2019

 

 

 

«COMO SI PRESENTE ME HALLASE»

A los padres, representantes y responsables

del Colegio Loyola Gumilla

Puerto Ordaz, 20 de diciembre de 2019

Luis Ovando Hernández, SJ

 

 

Estimados todos
La paz de Cristo

 

Deseo cerrar esta primera etapa de nuestro Año Académico 2019-2020 trasmitiéndoles mi mensaje de salutación a propósito de las fiestas decembrinas. Al momento de orar y pensar lo que deseaba compartirles, me vino a la mente la frase que encabeza mi comunicado. Las palabras iniciales le pertenecen a san Ignacio de Loyola.

Ignacio legó a la Iglesia católica sus «Ejercicios Espirituales», o manual para ayudarnos a encontrarnos con Dios, apoyándose en su experiencia de búsqueda. No es un libro para ser leído, sino que funciona más bien como «recetario» que tiene sentido si se siguen las instrucciones que contiene.

Pues bien, Ignacio nos pide imaginarnos en el pesebre de Belén, haciéndole compañía a la Sagrada Familia: acompañamos a Dios Niño sirviéndolo en sus necesidades de recién nacido, rodeado de todo tipo de carencia, pero nutrido suculentamente por el amor de sus papás y de nosotros que hacemos esta oración. El servicio se da con discreción y humildad, cual «pobrecito y esclavito indigno», dirá el santo en esa misma contemplación. Es decir, trabajamos por el Señor Jesús de manera desinteresada, sin querer «aparecer».

Esta Navidad 2019 pareciera nos coloca en la senda de rescatar lo que realmente importa en nuestras vidas. Personalmente, creo que el momento histórico nos llama a vivir con más fuerza el ámbito familiar en el contexto de la natividad de Jesucristo. Que nos demos los unos a los otros, que nos sirvamos recíprocamente, sin esperar otra recompensa que la felicidad de los seres queridos, cercanos y lejanos. Se nos invita a vivir esta Navidad cerca de Dios, sirviéndolo con nuestra presencia, moderada pero eficaz.

 

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Continuando con la contemplación del Nacimiento de Nuestro Señor, Ignacio afirmará asimismo que Jesús nació en suma pobreza para morir en cruz… ¡por mí!

Es una afirmación del todo desconcertante, que desencaja del contexto navideño, y que nos deja un mal sabor de boca. ¿Cómo entenderla? Visto en retrospectiva, me parece que Ignacio nos alerta contra celebraciones navideñas bobaliconas, descarnadas o sencillamente consumistas. Diciembre tiene la facultad de abofetearnos como ningún otro mes del año, pues evidencia con más contundencia las enormes desigualdades socioeconómicas existentes.

 

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Por último, deseo reiterar la información del inicio de actividades, es decir, retomamos las actividades académicas el día martes 07 de enero de 2020 todos los niveles que hacemos vida en el Colegio Loyola Gumilla.

 

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Ignacio pretende con la contemplación del Nacimiento de Jesucristo que nos adhiramos a él de corazón, convencidos, y no solo de palabras. Las mejores palabras son los hechos. La contemplación del nacimiento me enseña que debo darlo todo por ser coherente, o sea, declarado humilde servidor fiel, porque mis palabras están seguidas por mis acciones, y éstas últimas se inscriben en el horizonte de lo que suelo decir.

Nos bendiga a todos el Dios Niño del pesebre. Feliz Navidad y un mejor 2020.

 

Luis Ovando Hernández S.J.
Rector