Una de las dificultades más presentes en los escolares, también en adolescentes y adultos, es el agarre inadecuado del lápiz, instrumento esencial para la escritura, trayéndoles como consecuencias, dolores musculares, tensión y por ende una escritura deforme con trazados poco legibles.

Usualmente, un mal agarre está asociado con una condición muscular motora llamada hiperlaxitud o digrafía manual, no obstante, en muchos de los casos,  es un mal hábito que no fue corregido en oportunidad, siendo algo más complicado  lograr  una mejora ya de grandes, siendo  posible lograrlo mediante la practica constante de ciertos ejercicios con la ayuda tanto de especialistas, terapista ocupacional o psicopedagogos y,  de los padres o familia en el hogar.

En la actualidad, bajo las condiciones que transita el país, la atención especializada no puede ser cubierta por  varias familias que deben atender otras necesidades de la misma, dado los costos que involucra,  razón por la cual el Centro de Orientación expone un conjunto de ejercicios que pueden ser orientados  desde el hogar a los efectos de ayudar a los hijos en el proceso de mejora de la situación de mal agarre de lápices, creyones (colores), útiles indispensables para la escritura, sin que ello implique dejar de lado la atención especializada, cuando ésta es insustituible.

Una correcta prensión del lápiz, implica sostener con el pulgar e índice a modo de pinza y apoyar sobre el dedo medio, lo que pueden mejorar, realizando las siguientes actividades:

  • Tomar de una taza, con los dos dedos, objetos cada vez más pequeños: bolitas, cuentas de un collar, dados pequeños etc. Colocarlos en línea.
  • El mismo ejercicio anterior, teniendo en la mano una pelota pequeña agarrada con los otros tres dedos y la palma.
  • Tomar con dos dedos en forma de pinza piezas pequeñas, bolitas o pequeñas esferas (perlitas por ejemplo) y guardarlas en la mano.
  • Agarrar una bola de goma y presionar con todos los dedos hasta que salga disparada.
  • Hacer bolitas con distintos papeles presionando al máximo con el índice y pulgar de modo que queden lo más pequeñas posibles.
  • Con un trozo de tiza o creyón grueso y más bien corto, hacer sobre cartulina:
  • Trazos gruesos verticales y horizontales y trazos finos verticales y horizontales.
  • Progresivamente, hacer trabajar al niño o niña con la barra de tiza o creyón
  • La misma actividad se puede realizar con una esponja mojada.
  • Usar un rociador o pistola de agua para las plantas de interior.
  • Usando unos palitos o monda dientes, tratar de recoger pedazos de hilo, para ayudar a mejorar la destreza y agarre con el pulgar y el dedo índice.

Recuerde, un acompañamiento efectivo en el hogar es indispensable para que su hijo logre mejorar la condición que esté presente y le afecte en su proceso de escritura.

 

Adriana Salazar
Centro de Orientación