“Educar” palabra corta que implica un largo proceso de enseñanza en distintas dimensiones, siendo la esencial la familiar, donde desde el nacimiento de la persona, se le van conformando las estructuras de hábitos, actitudes y sentimientos que  mostrarán  como resultado,  lo observable, lo medible como lo es la conducta; es mostrar a través del ejemplo, el modelaje unido a la palabra, aquello que consideramos importante para la vida, ocupando el primer lugar los valores, el buen trato hacia sí mismo y a los demás, las costumbres y sobre todo, a relacionarse positivamente a nivel social,  donde ser compasivos, conscientes, comprometidos y competentes es clave para el vivir en armonía.

Como proceso, implica estrategias y recursos que van desde lo muy sencillo a lo más complejo en la medida en que los hijos van creciendo, acompañándoles en  el transitar hacia la madurez, en el desarrollo del pensamiento moral, en la autorregulación emocional y en la ejecución de acciones concretas, donde interviene directamente la autoridad de los padres.

¿Cómo podemos educar a los hijos para que tengan la madurez necesaria, acorde a cada etapa de sus vidas y salud emocional?

No existe una receta especifica de cómo deben los padres educar a sus hijos, sin embrago, existen diversas estrategias que pueden ser orientadoras en el proceso educativo familiar, donde lo importante es que ambos padres estén claros de lo que quieren alcanzar, cuándo lograrlo y, el para qué alcanzarlo.

Existen dos grandes bloques de acciones a ejecutar en el núcleo familiar:

  • Las estrategias afectivas: la atención personal, la persuasión amistosa, la conversación o dialogo, el comprender los sentimientos, identificar sentimientos y emociones y auto regular las mismas.
  • Las estrategias ejecutivas: establecer normas y límites, aplicar premios y castigos, proporcionar experiencias y, dar un modelaje efectivo y coherente como padres.

Al referirnos a las estrategias afectivas, podemos visualizar gráficamente la implementación de las siguientes acciones concretas a saber:

Por otra parte, hablar de estrategias ejecutivas, es establecer normas pensadas, pocas, buenas, comunicarlas seriamente, oportunamente y con motivación. Sancionar aquellas conductas o comportamientos inadecuados, negativos, evitar estar anunciando los castigos o, haciendo promesas que luego no vayan a ejecutar. Los castigos que funcionan son aquellos flexibles, tienen en cuenta la edad, la situación y la condición del menor. Sobre todo, hacerles tomar conciencia de las consecuencias de sus actos. Por último y no menos importante, está, proporcionarles experiencias o situaciones constructivas, asignarles responsabilidades ajustadas a la edad y potenciar oportunidades para ayudar a otros, tener sentido de pertenencia y, dar un modelaje efectivo, coherente como padres, ya que educamos con lo que somos.

Centro de Orientación.