La educación es un tema que a todos preocupa y muy particularmente en épocas de crisis, la educación constituye una estrategia esencial para transformar modos de pensar, de actuar y encaminarse a la búsqueda de soluciones que antes no imaginábamos.

Como padres constructores de personalidades, modos de pensar y actuar, debemos tener claro que educar implica dotar a los hijos de valores y desarrollar en los mismos el pensamiento moral y ético para un sano convivir, y de allí la importancia de que al conformar una familia soñemos cómo queremos y debemos educar a los hijos, pues “- por los frutos los conoceréis”.

En consecuencia, cuando decidimos tener familia, hijos en particular, estamos asumiendo la responsabilidad de estar conscientes que somos modelos y que el buen ejemplo es necesario en ese sueño de educarles, es una oportunidad para mirar hacia adentro de nosotros mismos y valorar nuestro pensamiento, nuestras conductas, el modo de vivir y convivir alcanzado, analizando las consecuencias positivas y no tan agradables que nos ha proporcionado, a los efectos de procurar en los hijos experiencias gratificantes y a su vez modelos positivos, acertados para su desempeño en los diversos ámbitos donde se desenvolverán, donde la rectitud, la paciencia, la tolerancia y el respeto son esenciales, teniendo una mentalidad abierta y atentos a las ideas de otros a pesar de las diferencias que puedan tener con las nuestras.

En las manos de los padres, está el guiar y acompañar a los hijos por un buen camino, inculcarles  grandes valores y enseñarles a reflexionar sobre sus conductas aceptando las consecuencias de las mismas, sobre todo marcando la diferencia y distancia con aquellos comportamientos hostiles, disociados, de poca valoración hacia los otros y de importunar el hacer de quienes le enseñan o educan a ser personas y futuros ciudadanos conscientes, competentes, compasivos y comprometidos.

En esta época de crisis que nos arropa, eduquemos a nuestros hijos con una visión esperanzadora sin dejar de ser conscientes de que se requiere un actuar responsable, productivo, respetuoso, tolerante y transformador.

…”Sólo superaremos la profunda crisis de civilización que hoy padecemos y enrumbaremos el mundo por sendas de bienestar, justicia y convivencia, si la educación recobra su esencia humanizadora y se orienta a promover genuinas personas, capaces de vivir, de defender la vida y de dar vida”.

Cerramos este artículo de reflexión sobre la educación de padres hacia sus hijos, con  palabras escritas por el autor Antonio Prez Esclarín de su libro: EDUCACIÓN PARA GLOBALIZAR LA ESPERANZA Y LA SOLIDARIDAD.

 

Que el año 2018 sea el inicio de un ciclo de despertar conciencias en nuestros hijos, para que esa educación soñada se haga realidad en los mismos.